ESTO ES-TA LENTO
En el costal de Universidades se encuentran abundantes opciones para quienes pueden, quieren, necesitan o se inclinan por iniciar un camino profesional, y en el campo de la Publicidad, el Mercadeo y/o el Diseño Gráfico el abanico no es menos amplio; desde carreras técnicas, tecnólogas, tecnológicas, profesionales, cursos, seminarios, diplomados, especializaciones, etc., las alternativas se encuentran como arroz en la empanada educativa del menesteroso y el hacendado. Si Ud. Es de estos últimos, su éxito es directamente proporcional con el número de contactos en Facebook y este artículo no le será más útil.
Por muchas opciones que existan, habitualmente la elección de una carrera se realiza a partir de criterios como "soy bueno para eso" o" eso da plata y en el caso de la Publicidad y el Diseño Gráfico se escuchan razones como "yo se dibujar muy bien", “me la paso en internet” o "no tiene matemática". Estas asequibles reflexiones es el juicio de miles de lampiñas mentes en la escogencia de su inciertamente afelpado futuro.
En los mortales portales de empleo "calificado" la demanda de publicistas es mínima, la del mercadotecnísta es vana (por que se confunde con el asesor comercial) y la del diseñador es efímera. En general, el mercado laboral busca serruchos y no carpinteros, poco importa la madera. Por otro lado, aunque no más prometedor, la revista P&M en Colombia realizó un reportaje acerca de las exigencias de las empresas publicitarias para la contratación de personal, cuya conclusión dicta que “no importa la profesión o la aptitud mientras el candidato provenga de instituciones reconocidas”.
Sin embargo, directamente proporcional a sus aspiraciones, la comunicación como profesión exige, además de sacrificio, una aptitud casi prenatal hacia el medio; Jack Foster explica que "las personas exitosas hacen lo que nacieron para hacer y lo hacen bien por que lo aprendieron durante toda su vida", pero sin duda alguna, esta filosofía se viene a descubrir en 3er semestre, cuando la taza promedio de deserción de los programas académicos llega al 42% en un programa profesional básico. Muchos mancebos espíritus no comprenden la diferencia entre ser, querer ser y creer ser al momento de escoger a la publicidad como su barra de apoyo en el trapecio de su vida profesional, y, dada la circense situación del país, las posibilidades de alcanzar el renombre se vuelven dependientes de una orquestada monería de coincidencias y no el acumulativo lucro espiritual del que se conforma esta incomprendida profesión y que se traduce en dicha, en un galardón personal, en verdadero éxito.
Por muchas opciones que existan, habitualmente la elección de una carrera se realiza a partir de criterios como "soy bueno para eso" o" eso da plata y en el caso de la Publicidad y el Diseño Gráfico se escuchan razones como "yo se dibujar muy bien", “me la paso en internet” o "no tiene matemática". Estas asequibles reflexiones es el juicio de miles de lampiñas mentes en la escogencia de su inciertamente afelpado futuro.
En los mortales portales de empleo "calificado" la demanda de publicistas es mínima, la del mercadotecnísta es vana (por que se confunde con el asesor comercial) y la del diseñador es efímera. En general, el mercado laboral busca serruchos y no carpinteros, poco importa la madera. Por otro lado, aunque no más prometedor, la revista P&M en Colombia realizó un reportaje acerca de las exigencias de las empresas publicitarias para la contratación de personal, cuya conclusión dicta que “no importa la profesión o la aptitud mientras el candidato provenga de instituciones reconocidas”.
Sin embargo, directamente proporcional a sus aspiraciones, la comunicación como profesión exige, además de sacrificio, una aptitud casi prenatal hacia el medio; Jack Foster explica que "las personas exitosas hacen lo que nacieron para hacer y lo hacen bien por que lo aprendieron durante toda su vida", pero sin duda alguna, esta filosofía se viene a descubrir en 3er semestre, cuando la taza promedio de deserción de los programas académicos llega al 42% en un programa profesional básico. Muchos mancebos espíritus no comprenden la diferencia entre ser, querer ser y creer ser al momento de escoger a la publicidad como su barra de apoyo en el trapecio de su vida profesional, y, dada la circense situación del país, las posibilidades de alcanzar el renombre se vuelven dependientes de una orquestada monería de coincidencias y no el acumulativo lucro espiritual del que se conforma esta incomprendida profesión y que se traduce en dicha, en un galardón personal, en verdadero éxito.
Comentarios
Publicar un comentario
En este blog tus comentarios cuentan y pronto tendrás respuestas publicadas... Gracias por expresarte!