MI AMIGO EL JEFE

La palabra amigos hoy refiere el número de contactos en Facebook, empleado se le considera a todo aquel que tiene algún ingreso económico, así sea de manera informal, y al título jefe le sacaron variables como "líder", "responsable", "encargado", "supervisor" y otros términos denominativos para la misma función base de controlar, velar y pagar con su pellejo contractual por las cagadas de sus apóstoles. Así que nada parece ser lo que comenzó siendo, es lógico, pero antes el BFF no era una moda sino un título ganado con drama y perseverancia más que con Jägers y Likes. El empleado era un sujeto feliz 8 de cada 30 días, hacía lo que tenía que hacer y seguía pedaleando, no era parte del Ghetto corporativo, tampoco le importaba, tenía amigos. El jefe solía ser antes de finales de los 60´s el respetadísimo doctor al que todos querían prenderle fuego y no el bacán que le vendieron ser. Antes todo era una mierda pero al menos honestamente si sabía a mierda.

Las empresas desde hace unos años promueven el mejoramiento de algo llamado "clima laboral", un término nuevo para la misma dolencia de siempre, como el estrés. Se respira entonces el éter familiar en cada compañía desde el andén para adentro y las agencias de publicidad no podrían quedarse fuera del reality en el que hipsters, jebis, rastafaris, godos, yupies, giles, frikis, jefes y otras especies conviven como amigos. Los jefes son amigos de los empleados, los empleados son amigos de los clientes y los clientes son los jefes de la agencia, todo en una armonía morfinómana, un arquetipo sostenible, rentable y ante todo conveniente.

Como no vemos el problema, no buscamos soluciones. El jefe y el empleado son roles impositivos que de puertas para afuera y desde la perspectiva humanista distan de valor ético por su naturaleza y origen. La amistad es más antigua que el contrato, tal vez por eso parece más obvia, pero también merece un valor mayor que el actual. A su vez, los nobles títulos empresariales definen funciones y como jefe, una de ellas es el encaminarse por el sendero del buen clima laboral, la confianza y la camaradería; Esa es la tarea y nuevamente, para eso se le paga.

En los aventurados terrenos del pasaje laboral se comprometen muchos cargos, roles y personalidades que inevitablemente transitan por el escarpado suelo de la conveniencia. Como empleado, todo confluye mientras se zampa la proteína sagrada del "corrientazo" desahogando tu otro ser, el que no nació con letra chiquita, al que le gusta la nueva de contabilidad, el que pone soserías en Facebook, el que sueña, el yo al que le tomó tiempo ser.

Como jefe, sea leal al ser humano a espaldas de su vinculo contractual y de lunes a viernes construya un clima laboral crítico y de intercambio de aptitudes por sobre "amigable", sea ético y consciente que usted también es empleado. Como empleado, sepa diferenciar en que maratón está y defina su estrategia de progreso sin olvidar quien dice el papel que usted es, así evitará escuchar Adele al primer memorando. Y así, todos como amiguis.

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