LA GEN-ÉTICA DEL VENDEDOR
En un país como el nuestro (Colombia), en el que la malicia indígena es un título que nos guía hacia la inevitable conformación molecular de "dañados" desde los años de upa, y donde a pesar de la mezcla de razas y culturas nos jactamos de ser Colombianos "100%", aún nos damos el lujo de jugarnos sucio entre nosotros y lo que es peor, disfrutarlo.
La llamada "Guerra del Marketing", las armaduras del consumidor y la poco enardecida Ética Publicitaria, nos obligan como profesionales a asumir el papel del indio genéticamente impreso en nosotros y utilizar su "malicia" para jugarle sucio a otros en un juego que ya estaba ganado con tan solo cambiar el chip y utilizar nuestra preparación, nuestra inteligencia y nuestra creatividad productiva.
Hace unos días terminé de leer el libro "Como lograr que los demás se salgan con la nuestra", del especialista en técnicas para el desarrollo de la inteligencia Enrique Ortega Salinas, y me llamó la atención una de sus citas: "Todos necesitamos ser persuasivos; todos necesitamos convencer de algo y no basta para ello la posesión de la verdad". Así mismo, Sun Tzu, indicó en el Best Seller que "Todo el Arte de la Guerra esta basado en el engaño". Mientras Ortega sostiene 2500 años después que "si la verdad fuera lo único necesario, cualquier inepto podría ser un buen abogado, cualquier político honrado llegaría lejos y todo buen producto se colocaría fácilmente en las manos de los consumidores. Pero la verdad es insuficiente y necesita ser aderezada".
Al citar las 7 claves para vencer en el campo de batalla, Tsu reflexiona en su último punto que al enemigo hay que "Atacarle donde no esté preparado", añadiendo: "haz una salida por donde no se lo espere. Hay una cosa que es de gran importancia en la guerra, y es ser rápido como el relámpago; no se puede dejar pasar la ocasión", la pregunta es entonces: cuantos de nosotros estamos "preparados", del verbo "saber"?
Con respecto al escritor Ortega, no pretendo ser mejor calculista o siquiera orador que el, quien es 2 veces Récord Guinness, ni tampoco tengo el legado de Sun Tzu, pero me queda la inmensa duda del uso algo deliberado en la relación entre los términos "persuasión", "convencer" y "verdad" en sus libros.
Si le interesa, ésta es la diferencia:
La disparidad estimado lector, está en occidental idea del fín y el medio con que entendemos el mundo. Estamos de acuerdo con el Sr. Ortega que la venta es el fin y la persuasión el medio, pero convencer no es un medio sino un fín al que se debe llegar por medio del auto convencimiento, el cual es a su vez el fin de la persuasión cuando esta es honesta y al que se llega únicamente con el uso de La verdad. Solo los inescrupulosos y no los comunicadores deberían recurrir al convencimiento sin verdad, es decir al engaño, pues esto, además de poco ético y bellaco, subestima al consumidor y arriesga el good will de la marca.
El problema entonces es de cultura, y el "no todo vale" proclamado por el catedrático Colombiano Antanas Mockus en vez de comprendido fue ignorado y criticado por nuestra conformación gen-ética del juego sucio; Así que mientras compramos Colgate con ABA (antibacterial genérico que contienen todas pastas dentales), combatimos el 99.9% de las bacterias de nuestro hogar con productos de aseo (una completa mentira) o caemos con las Televentas, seguiremos cultivando, fortaleciendo y apoyando la corrupción comunicativa y de manera directamente proporcional al desempleo de profesionales éticos, al surgimiento de productos innovadores y desfavoreciendo nuestra malicia indígena como forma de engaño y no como capital creativo.
La llamada "Guerra del Marketing", las armaduras del consumidor y la poco enardecida Ética Publicitaria, nos obligan como profesionales a asumir el papel del indio genéticamente impreso en nosotros y utilizar su "malicia" para jugarle sucio a otros en un juego que ya estaba ganado con tan solo cambiar el chip y utilizar nuestra preparación, nuestra inteligencia y nuestra creatividad productiva.
Hace unos días terminé de leer el libro "Como lograr que los demás se salgan con la nuestra", del especialista en técnicas para el desarrollo de la inteligencia Enrique Ortega Salinas, y me llamó la atención una de sus citas: "Todos necesitamos ser persuasivos; todos necesitamos convencer de algo y no basta para ello la posesión de la verdad". Así mismo, Sun Tzu, indicó en el Best Seller que "Todo el Arte de la Guerra esta basado en el engaño". Mientras Ortega sostiene 2500 años después que "si la verdad fuera lo único necesario, cualquier inepto podría ser un buen abogado, cualquier político honrado llegaría lejos y todo buen producto se colocaría fácilmente en las manos de los consumidores. Pero la verdad es insuficiente y necesita ser aderezada".
Al citar las 7 claves para vencer en el campo de batalla, Tsu reflexiona en su último punto que al enemigo hay que "Atacarle donde no esté preparado", añadiendo: "haz una salida por donde no se lo espere. Hay una cosa que es de gran importancia en la guerra, y es ser rápido como el relámpago; no se puede dejar pasar la ocasión", la pregunta es entonces: cuantos de nosotros estamos "preparados", del verbo "saber"?
Con respecto al escritor Ortega, no pretendo ser mejor calculista o siquiera orador que el, quien es 2 veces Récord Guinness, ni tampoco tengo el legado de Sun Tzu, pero me queda la inmensa duda del uso algo deliberado en la relación entre los términos "persuasión", "convencer" y "verdad" en sus libros.
Si le interesa, ésta es la diferencia:
La disparidad estimado lector, está en occidental idea del fín y el medio con que entendemos el mundo. Estamos de acuerdo con el Sr. Ortega que la venta es el fin y la persuasión el medio, pero convencer no es un medio sino un fín al que se debe llegar por medio del auto convencimiento, el cual es a su vez el fin de la persuasión cuando esta es honesta y al que se llega únicamente con el uso de La verdad. Solo los inescrupulosos y no los comunicadores deberían recurrir al convencimiento sin verdad, es decir al engaño, pues esto, además de poco ético y bellaco, subestima al consumidor y arriesga el good will de la marca.
El problema entonces es de cultura, y el "no todo vale" proclamado por el catedrático Colombiano Antanas Mockus en vez de comprendido fue ignorado y criticado por nuestra conformación gen-ética del juego sucio; Así que mientras compramos Colgate con ABA (antibacterial genérico que contienen todas pastas dentales), combatimos el 99.9% de las bacterias de nuestro hogar con productos de aseo (una completa mentira) o caemos con las Televentas, seguiremos cultivando, fortaleciendo y apoyando la corrupción comunicativa y de manera directamente proporcional al desempleo de profesionales éticos, al surgimiento de productos innovadores y desfavoreciendo nuestra malicia indígena como forma de engaño y no como capital creativo.
Como diria Nele Mueller-Stöfen, la atractiva ejecutiva Michelle, de la agencia Brainstorm, en la genial pelicula Las reglas de Viktor Vogel: >A NADIE LE INTERESA LA VERDAD!
ResponderEliminarPd. No es bueno mezclarle politica. El tema solito se defiende. Saludos!!!
Super tu aporte daniel, pero... El tema se defiende solito por que es cierto?, entonces, la sola verdad si es suficiente, no?
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