AD-ULTERIO
Como muchas, la mía es una ocupación que lo da fácil, pero no a cualquiera. Es en la marcha por las calles que queremos dominar y trastabillando contra las posibilidades de ser "más" que miramos encorvados por la ventana móvil y nos preguntamos si la bonanza se adosa al suelo, o si por el contrario sería más provechoso catar el soplo de las exóticas probabilidades de otros mundos. Así, la naturaleza creativa nos arrastra con frecuencia a elegir, con feliz remordimiento, entre el intrigante bueno por conocer y el seguro malo conocido, cuyo único malo es justamente ser ya conocido.
La rutina de nuestra actividad, por mas coco-chévere, es un incesante déjà vu. Todos recordamos que a principios de la vida creativa todo es rock n' roll, innovación, "finura", aprendizaje, cariño e ilusión, pero con el tiempo llega la ceguera, y con ella el desentendimiento del valor del pasado y el hambre por otro presente, igual pero diferente. Aprender a amar el medio es una